¿Invertir en máximos históricos? Sí


Por Vicente Espert.


En estos tiempos de máximos históricos en los mercados financieros más importantes, y con más de un año escuchando alarmas de recesión, la que será posiblemente la recesión más anunciada de la Historia, me encuentro constantemente con inversores / ahorradores temerosos de entrar en los mercados ante una inminente caída. Me he esforzado continuamente en demostrar que perderse los mejores días de mercados es peor que no estar invertido, y que además, a largo plazo, aunque ocurran bajadas nada más entrar en los mercados, su efecto se diluye con las rentabilidades que da el tiempo.
De hecho, está demostrado que a largo plazo tendrían plusvalías si quisieran salir de los mercados aunque hubieran entrado en máximos.
Así nos lo dice Peter Lynch sobre una inversión de 100.000 dólares justo antes de una caída: “Vamos a suponer que el día después de haber comprado todas tus acciones, el mercado tiene una corrección importante y tu cartera pierde el 25% de su valor original (…), veinte años después tu cartera valdrá 185.350 dólares. (Lynch P., 1993, Batiendo a Wall Street, p. 74,  Ed. Deusto)
Eso sí, siempre y cuando, se trate de una inversión bien estructurada y diversificada, lo que en mi caso suele referirse a replicar en lo posible el comportamiento del índice MSCI WORLD.
Por ello, en este artículo pretendo demostrar lo siguiente:

  1. No intentes adivinar lo que va a hacer el mercado para acertar el momento de entrar.
  2. No importa entrar en periodos alcistas siempre que tengas plazo por delante para estar invertido y una correcta diversificación.
  3. Con tiempo por delante, es SIEMPRE mejor estar invertido que esperar fuera del mercado el momento oportuno de entrar.
Me he inspirado en un excelente artículo del escritor económico y gestor Bob Carlson, que aparece en su blog “A weath of common sense” y que muestra cómo el largo plazo en una inversión adecuadamente diversificada y con una rentabilidad histórica decente, es absolutamente imbatible sin importar lo mal que puedas elegir el momento de entrar en el mercado, por lo que no tiene ningún sentido esperar al “mejor momento” para entrar en él.
En este caso, imagino un inversor llamado Sr. García, con esa mala fortuna que temen mis clientes. El Sr. García es el inversor que nadie quisiera ser, ya que a pesar de saber que para que sus ahorros tienen que generar intereses para batir a la inflación a largo plazo, cada vez que invierte en los mercados estos se desploman.
El Sr. García empezó a trabajar en 1980 a la edad de 25 años . Como sus padres le habían enseñado que desde el primer sueldo tiene que apartar una algo para su jubilación, ya que el sistema público de pensiones posiblemente no exista como tal cuando le llegue a él la hora, su plan es ahorrar 300 euros al mes, así de simple.
Su problema es que solo se atreve a entrar en los mercados en momentos de euforia, es decir, en máximos. Así, aunque empieza a ahorrar con su primer sueldo en enero de 1980, decide invertir todos ahorros, 27.600€, en un fondo indexado al MSCI WORLD en agosto de 1987. El mercado internacional reflejado en el índice cayó aproximadamente un 25%, en el famoso Black Monday, el 19 de octubre de 1987, así que El Sr. García había puesto su dinero en máximos de mercado, justo antes del crash.
No obstante, el Sr. García tenía un gran don como ahorrador, y es que una vez invertido, nunca vendía sus fondos, sino que mantenía sus posiciones porque le ponía demasiado nervioso poder equivocarse también en sus decisiones de venta. Esta decisión es clave.
Sr. García no tuvo arrestos para volver a invertir hasta diciembre de 1999, si bien había continuado ahorrando en cuenta corriente sus 300€ mensuales. Así las cosas, en diciembre de 1999 invirtió los 44.400€ que ya tenía acumulados en su cuenta corriente.
Resulta que a finales de 1999, la burbuja tecnológica (la llamada crisis de las PUNTO COM) había calentado tanto el mercado que justo entonces comenzó una caída del 50%, que duró hasta 2002. El Sr. García se quedó desolado y estuvo muchos años sin volver a invertir.
Por fin, viendo que los mercados se habían recuperado, decidió volver a intentarlo en octubre de 2007 con los 28.200€ que había estado ahorrando desde 2000 en su cuenta corriente. De este modo puso el broche de oro a la serie de desastrosas elecciones del momento de invertir al hacerlo justo antes del crash de más del 50%, de las hipotecas sub-prime.
Muy escarmentado, se juró no volver a invertir en los mercados financieros nunca más, si bien siguió acumulando en cuenta corriente sus 300€ mensuales, es decir, otros 43.800€, hasta que se jubiló felizmente a los 65 años, en enero de 2020.
Estas son las fechas de compra y las caídas de mercado que siguieron a cada una:
Fecha de entrada
Caída siguiente
Cantidad invertida
Agosto 1987
-34%
27.600€
Diciembre 1999
-49%
44.400€
Octubre 2007
-52%
28.200
Total Invertido
100.200€
C
Como hemos dicho, a pesar de que de que El Sr. García nunca acertó el momento de comprar, tampoco vendió sus participaciones. No vendió después del Lunes Negro de 1987, ni de la crisis de las PUNTO COM en 2000 ni de la crisis de las hipotecas sub-prime en 2007.
De esta manera obtuvo 244.478€ cuando vendió sus participaciones al jubilarse, es decir, había multiplicado su capital invertido por una vez y media. A ello había que sumar lo que acumulaba en cuenta corriente, con lo que tenía casi 300.000€ para afrontar su jubilación sin importarle lo que el sistema público de pensiones le fuera o no a pagar.
La clave del Sr. García fue su disciplina, ya que nunca dejó de ahorrar, pues tenía un objetivo claro desde el principio, y por eso pudo soportar los sinsabores de las estrepitosas caídas de los mercados: Porque se concentró en su objetivo de largo plazo. Posiblemente no prestó mucha atención a sus posiciones a lo largo de los años, sencillamente continuó ahorrando fiel a su sencillo plan.
Y así, al no vender nunca sus participaciones, el mercado aumentó el valor de estas durante los más de 40 años de inversión, un verdadero largo plazo.
Bob Carlson supone en su artículo una inversión indexada al índice S&P 500, un mercado más volátil y de mayor crecimiento que el índice MSCI WORLD, pero también mucho más concentrado, y por lo tanto más expuesto. Él mismo reconoce que nunca recomendaría una cartera tan concentrada, cosa que nosotros no hemos hecho al tomar como referencia el menos rentable, pero más diversificado MSCI WORLD.
El PLAN DE ACUMULACIÓN DE CAPITAL
¿Y qué hubiera ocurrido si en lugar de intentar adivinar lo que iba a hacer el mercado, nuestro hombre hubiera invertido sistemática y disciplinadamente a principio del año los 3.600€ ahorrados el año anterior? Esto es un Plan de Acumulación de Capital.
Sobre este particular, García Paramés, en su ya clásico libro Invirtiendo a largo plazo, cita a Daniel Kahneman (2011) diciendo que la “paciencia es la clave del inversor, permitiéndole dominar los impulsos miopes (…). Una herramienta práctica es sistematizar la inversión. Por ejemplo, invertir cada cierto tiempo una cantidad, digamos el día 1 de cada mes, bajo cualquier circunstancia. (…) lo esencial es mantener la decisión firme e inquebrantable de invertir regularmente. Con fórmulas de ese tipo se superan los resultados de la intuición en la mayoría de los casos, y en el peor de los casos se igualan” (García Paramés, F., 2016, Invirtiendo a largo plazo, p. 319, Ed. Deusto)
En efecto, con una inversión sistemática, por sus 144.000€ invertidos nuestro hombre hubiera cuadruplicado su inversión, obteniendo 550.000€ para jubilarse bien tranquilo.



ALGUNAS PUNTUALIZACIONES:
  • Las cotizaciones del índice MSCI WORLD usadas en el estudio no tienen en cuenta la acumulación de dividendos, lo que dispararía exponencialmente la rentabilidad de la inversión.
  • El índice MSCI WORLD cotiza en dólares, y nuestro modelo se ha realizado en euros, para simplificar asumiendo un tipo cambiario EUR/USD de 1, si bien no existían los euros al principio de la inversión.
  • Los datos del índice MSCI WORLD anteriores a 2005 se han obtenido de gráficas, así que no son numéricamente exactos.


Autor: Vicente Espert

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