La importancia de la actuación del partícipe de un fondo.
Hay un argumento que alguna vez han esgrimido los que defienden la selección directa de acciones frente a los fondos de inversión. Me estoy refiriendo a los fondos abiertos, que son aquellos que están obligados a ofrecer liquidez, es decir, a comprar participaciones de los partícipes que quieran venderlas, y a vender participaciones a aquellos agentes que quieran comprarlas, siempre que no haya en el mercado nadie que asuma ese papel. En definitiva, un fondo abierto está obligado a emitir participaciones para aceptar nuevos partícipes o para ampliar las de los que ya están en el fondo.
Los detractores de estos fondos abiertos, según este argumento, sostienen que en un fondo de inversión se diluye el valor de los que han comprado participaciones a un mejor precio, cada vez que entran nuevos partícipes que, animados por los mercados alcistas, adquieren participaciones de dichos fondos. El gestor del fondo se ve obligado, antes o después, a adquirir acciones en un mercado caro, y lo que hace es diluir las plusvalías totales del fondo.
De igual modo, cuando salen partícipes en mercados bajistas, el gestor puede verse obligado a vender acciones a pérdidas, o en un momento poco ventajoso para el interés general del fondo.
Veamos un ejemplo.
Momento inicial.
Supongamos que existe un fondo con un único partícipe, llamado A, que tiene 100 participaciones, que son todas las del fondo. El partícipe A aporta al fondo 1.000 euros, y por lo tanto, cada participación vale 10 euros.
Con el dinero aportado por el partícipe, el gestor del fondo adquiere 20 acciones de una empresa que cotiza a 50 euros por acción.
Momento final.
Un año después, la empresa ha tenido excelentes resultados y cotiza a 80 euros. Por lo tanto, las 20 acciones del fondo valen ahora 1.600 euros y cada una de las 100 participaciones tiene un valor de 16 euros.
Entonces aparece otra persona que quiere entrar en el fondo y controlar la mitad del este, para lo cual, necesita tener las mismas participaciones que el partícipe A, o sea, 100. Este será el partícipe B.
Como cada participación vale ahora 16 euros, el partícipe B deberá aportar 1.600 euros, con los que el gestor puede comprar otras 20 participaciones de la empresa que tiene el fondo, que valen 80 euros.
Resultado
Ahora el fondo tendrá 200 participaciones, correspondientes a los 2.600 euros aportados (1.000 euros las primeras 100 y 1.600 euros las segundas 100). A su vez, tendrá 40 acciones de una empresa que cotiza a 80 euros, por lo que tendrá un valor liquidativo de 3.200 euros. Así, cada una de las 200 participaciones tendrá un valor liquidativo de 16 euros, como ya sabíamos.
Puesto que se han aportado 2.600 euros para adquirir 40 acciones, el precio medio de compra de cada una es de 65 euros. Como cada acción vale ahora 80 euros, la plusvalía es de 15 euros (23%).
Parece que el valor del partícipe A ha sido «diluido» por una mala gestión de las operaciones del fondo, que ha comprado acciones de la empresa un 60% más caras. Antes de que entrara el partícipe B, el fondo llevaba un 60% de beneficio, ya que cada acción había pasado de valer 50 euros a 80 euros, y todo eso era del partícipe A.
En cambio, ahora el fondo tiene un beneficio del 23% y el partícipe A considera que está siendo mal gestionado.
Sin embargo, cuando el partícipe A mira su extracto, observa que sigue teniendo 100 participaciones adquiridas a 10 euros, y estas tienen un valor de 16 euros, así que sigue manteniendo la plusvalía del 60% aunque la entrada del partícipe B haya diluido el buen resultado que llevaba el fondo en su conjunto.
Esto demuestra que la actuación de un partícipe es independiente, en gran medida, del desempeño del fondo. Por eso, incluso en un fondo de gestión mediocre, un partícipe que sepa aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado, puede obtener excelentes resultados. También es cierto lo contrario, y un buen fondo que tienen correcciones temporales, puede catastrófico para un partícipe que toma decisiones equivocadas, como salirse durante una corrección.
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